ECONOMÍA

Claves para un uso responsable de las TIC en las empresas

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Claves para un uso responsable de las TIC en las empresas
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CaixaBank

14 Noviembre, 2017


En los últimos años hemos asistido a una revolución tecnológica, económica y social sin precedentes. Muchos la califican como la entrada a un nuevo paradigma: el informacional. Un nuevo escenario donde la gestión de la información se vuelve el eje central de la economía y las relaciones sociales y donde las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) toman un papel trascendental.

Este cambio de paradigma también se ha traducido en un cambio en la forma de operar de las empresas, muy concretamente en el campo de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC): uso de dispositivos, aplicaciones y nuevas prácticas que han dado lugar a un nuevo entorno de responsabilidad.

Uso responsable de las TIC en las empresas

En este contexto, se vuelve indispensable desarrollar una serie de pautas que permitan a las empresas aplicar las TIC de forma responsable, contribuyendo al crecimiento sostenible de la empresa, las personas y, finalmente, del planeta. En esta línea, el cuaderno 35 “La responsabilidad social corporativa ante los desafíos de las tecnologías de la información y la comunicación” elaborado por la Cátedra de CaixaBank de Responsabilidad Social Corporativa, pone de manifiesto las claves para el uso responsable de las TIC en las empresas:

  • Recogida de datos. El uso de las TIC genera grandes cantidades de datos que, al analizarlos, nos permite mejorar la toma de decisiones: identificación, medición, seguimiento y evaluación de los impactos de la organización, así como del contexto, etc. Esto nos permite adoptar un enfoque preventivo: actuar antes que el problema llegue a producirse.
  • Diálogo y participación de los grupos de interés. No se trata únicamente de emitir información, sino también de practicar la escucha activa y utilizar las TIC para recoger el feedback de los grupos de interés e introducirlo en la toma de decisiones. Asimismo, las TIC se pueden entender como canales de comunicación con los que prestar un servicio más cercano a los stakeholders, además de emplearse como herramientas que faciliten el análisis, la clasificación y la respuesta de peticiones.
  • Trabajo en red. Cada vez resulta más necesario y útil colaborar entre los diferentes agentes de la sociedad con el fin de desarrollar nuevas ideas, tecnologías, productos y servicios. Asimismo, el trabajo en red conlleva una nueva forma de concebir las relaciones laborales: conciliación de la vida laboral y personal e incrementar la participación y el compromiso.
  • Eficiencia y control. A través de las TIC podemos monitorizar y controlar los procesos de producción y prestación de servicios, adecuando el volumen de producción, detectando errores y ajustando y optimizando las fases para minimizar el impacto medioambiental, y evitar gastos innecesarios.
  • Trazabilidad. Las TIC nos permiten hacer un seguimiento del producto a lo largo de todo el ciclo para conocer los impactos derivados de su uso y gestión. Al mismo tiempo, esta información se le puede ofrecer al consumidor: escanear un código QR en la etiqueta, etc.
  • Soluciones en beneficio de los grupos de interés. El uso de las TIC ha abierto la puerta al desarrollo de nuevas soluciones que facilitan el trabajo con los grupos de interés: ofrecer soluciones personalizadas, comparación de productos, etc. Además, el hecho de ofrecer servicios físicos en versión digital ya tiene un impacto muy positivo en la sostenibilidad y la inclusión social.
  • Transparencia y rendición de cuentas. A través de la rendición de cuentas la empresa tiene la oportunidad de dar a conocer sus prácticas responsables, así como de justificar los errores y las acciones que está llevando a cabo. De esta forma, se incrementa la capacidad de decisión de los miembros de la sociedad y, por ende, la equidad social.
  • Inversión en intangibles. Hace referencia a la inversión en I+D, patentes o propiedad intelectual para generar nuevas ideas y soluciones que den respuesta a las necesidades de los clientes y de la sociedad. Asimismo, la inversión en conocimiento es indispensable para que la compañía pueda adaptarse y ser sostenible en el nuevo entorno digital (programas de formación y talento).

Puedes encontrar más información en el cuaderno “La responsabilidad social corporativa ante los desafíos de las tecnologías de la información y la comunicación”.

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